La Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas de la Secretaría de Cultura a través del Museo Nacional de Culturas Populares se complace en presentar el programa Merequetengue. El color de la Costa Chica, compuesto por cuatro exposiciones temporales que tienen como objetivo mostrar la diversidad étnica y cultural, así como algunas de las manifestaciones artísticas originadas en las comunidades afrodescendientes de la región costera de Oaxaca y Guerrero.
El museo se vestirá de fiesta el 28 de febrero a partir de las 19:00 horas con la muestra “Ruja. Afromexicanos de la Costa Chica” en la sala Guillermo Bonfil Batalla, conformada por más de 80 fotografías en blanco y negro de Maya Goded y Alberto Ibáñez, dos artistas que desde sus particulares propuestas estéticas, retratan la vida cotidiana en diversas comunidades afromestizas de la Costa Chica como Tecoyame, Tepextla, Corralero, Chacahua, el Ciruelo, Chicometepec, La Boquilla, Santo Domingo, El Azufre, Las Salinas, Llano Grande -en Oaxaca- y Cuajinicuilapa, San Nicolás, Maldonado, Cerro de las Tablas – en Guerrero-. La Costa Chica es el litoral comprendido entre Acapulco, Guerrero, y Puerto Ángel, Oaxaca, territorio que cuenta con algunos de los principales asentamientos en México de población afromexicana (connacionales que provienen de hombres y mujeres de origen africano, desplazados de manera forzada durante el periodo virreinal o arribados tras la Independencia). Permanecerá abierta hasta el 2 de junio.
Retratos de infantes, mujeres y hombres, el mar, la pesca, la danza, la fiesta, el amor y la vida, conforman este magnífico recorrido visual. La muestra lleva por título “Ruja” en alusión a algunos de los bailes tradicionales de “los diablos”, característicos de las comunidades afrodescendientes de la Costa Chica que se llevan a cabo los días de muertos.
Al mismo tiempo se presenta en la sala Cristina Payán la muestra “Gráfica Cimarrón”, una selección de estampas producidas en el Centro Cultural Cimarrón fundado en 1995 en la comunidad El Ciruelo en Pinotepa Nacional, Oaxaca. Este espacio cultural es una de las semillas de los actuales movimientos sociales de reconocimiento de los pueblos afromexicanos. “El Cimarrón” fue un centro impulsado por el padre Glyn Jemmott, originario de Trinidad y Tobago, que activó talleres de artes plásticas, cuentos, música y danza, permanentes e itinerantes, en diversas comunidades costeras de Oaxaca y Guerrero bajo el lema: “Aprender para ser libres” y con ello, reafirmar la identidad afromestiza en niños, jóvenes y adultos de la región.
La exposición “Gráfica Cimarrón”, conformada por más de 50 obras, representa un rescate de la memoria, es la materialización de un importante fenómeno histórico y cultural que simboliza el esfuerzo colectivo por afirmar la identidad afrodescendiente a través del arte – gracias al esfuerzo del padre Glyn y de diversas asociaciones, entre ellas “El Cimarrón”, se lograron concretar los “Encuentros de Pueblos Negros”, asambleas de comunidades afromexicanas en donde se analizan problemáticas socioculturales y al mismo tiempo, se busca visibilizar a las comunidades afromestizas como componentes fundamentales de la sociedad mexicana. Estará abierta hasta el 2 de junio.
Canto de Ruja para Atzatzilistli se exhibe en la Sala María Sabina con obra de Baltazar Castellano Melo, artista joven originario de Cuajinicuilapa, Guerrero, quien a través de distintos objetos intervenidos como máscaras de diablos y los tradicionales instrumentos musicales: arcuzas y charrascas, simboliza dos de las principales raíces culturales de Guerrero: la “danza de los diablos” y el culto a Atzatzilistli, “el llamado de la lluvia” característico de la montaña, en el que se representa el enfrentamiento entre dos tecuanes o jaguares tras el robo fallido de la semilla del maíz a Tlaloc, deidad que al verlos pelear se apiadó de ellos enviando la cosecha de tan apreciada planta y la lluvia, por cada gota de sangre derramada en la batalla. Además de los objetos que conforman la exhibición, Baltazar realizó un mural ex profeso en el patio de la Quinta Margarita, en el que representa las coloridas tradiciones y danzas de la comunidad afromestiza de la Costa Chica: “La tortuga”, “El toro del petate y sus 24 caporales”, “Los diablos”, “Son de Artesa” y “La Chilena”, que también conviven con tecuanes o jaguares de la montaña. El público la podrá visitar hasta el 19 de mayo del presente año.
Finalmente, en las Galerías 3 y 4 se presenta la proyección del documental Son de Artesa (2006-2008), dirigido y producido por la antropóloga y cineasta Sandra Luz López Barroso quien tiene una larga trayectoria en la investigación de la población de la Costa Chica. Este proyecto está dedicado a doña Catalina Noyola Bruno quien fuera una de las leyendas del son de artesa.
Este son nació en Guerrero durante la época virreinal cuando los pobladores de origen africano escuchaban en la lejanía la música española que provenía de distintas fiestas. A partir de la necesidad del baile, se inventó la artesa, una especie de tarima realizada con troncos de parota, labrados en sus costados con alguna figura zoomorfa -toro, caballo o lagarto-. Durante mucho tiempo este son se realizaba en fiestas, bodas y otras celebraciones; en la actualidad se lleva a cabo durante encuentros culturales regionales. En su ejecución participan un número variado de músicos, generalmente cinco, quienes interpretan instrumentos como guitarra, vihuela, violín, cajón y arpa, además de los bailarines que hacen sonar la artesa, generalmente con la planta de sus pies descalzos. Se presentará hasta el 19 de mayo.
El programa Merequetengue. El color de la Costa Chica estará acompañado de actividades académicas, escénicas, talleres y visitas guiadas que serán anunciadas en las redes sociales y en la página web. El Museo Nacional de Culturas Populares se ubica en Av. Hidalgo 289 en la colonia Del Carmen, Alcaldía de Coyoacán, y tiene un horario de martes a domingo de 10:00 a 20:00 horas La entrada al público es de 15 pesos.