El Códice Fejérváry-Mayer, una de las joyas más importantes de la herencia prehispánica de México, se encuentra actualmente en el Museo de Liverpool, Inglaterra. Este manuscrito, que data de la época anterior a la llegada de los españoles, es un testimonio invaluable de la cultura mesoamericana y su compleja historia.
Origen y Características del Códice
El códice pertenece al grupo conocido como Códices Borgia, caracterizado por su estilo artístico que mezcla influencias mixtecas, mayas y nahuas. Elaborado en piel de venado y con una longitud total de 3.85 metros cuando está completamente desplegado, el códice presenta 22 páginas pintadas que contienen un complejo sistema calendárico y adivinatorio. Se cree que fue creado a petición de los pochtecas, mercaderes que utilizaban este tipo de documentos para registrar eventos calendáricos y realizar pronósticos.
Historia del Códice
La historia del Códice Fejérváry-Mayer es fascinante. Durante muchos años, estuvo en posesión del coleccionista húngaro Gabriel Fejérváry, quien lo heredó a su sobrino Franz Pulszky tras su muerte en 1851. Pulszky, exiliado político en Londres, vendió la colección a Joseph Mayer, un destacado coleccionista inglés. En 1867, Mayer donó el códice al entonces llamado Liverpool Free Public Museum, donde se conserva hasta hoy.
Influencias Culturales
El códice no solo es notable por su belleza artística, sino también por las conexiones culturales que establece. Investigadores como J. Eric S. Thompson han señalado similitudes entre el Fejérváry-Mayer y otros códices mayas, sugiriendo una influencia intercultural significativa en su creación23. Además, el códice incluye representaciones de deidades y elementos rituales que reflejan la rica tradición religiosa de los pueblos mesoamericanos.
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Importancia Actual
Hoy en día, el Códice Fejérváry-Mayer sigue siendo objeto de estudio y admiración en el Museo de Liverpool. Su presencia allí plantea cuestiones sobre la conservación del patrimonio cultural y la historia compartida entre México e Inglaterra. Aunque algunos lamentan que no esté en su tierra natal, otros argumentan que su ubicación actual ha garantizado su preservación y estudio durante más de un siglo.
El viaje del Códice Fejérváry-Mayer es más que la historia de un objeto; es un relato sobre la pasión por el conocimiento, la preservación cultural y las conexiones inesperadas que se forjan a través del tiempo. Este manuscrito continúa cumpliendo su propósito original: ser un puente entre mundos y un guardián de conocimientos antiguos que sigue hablando a quienes saben escuchar sus secretos pintados en piel de venado.
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