Por Rafael Lulet
Lo ocurrido el pasado lunes 3 de mayo, exhibe tanto al gobierno de la CDMX como al Federal con el mal planteamiento de sus administraciones, llevar a cabo recortes en diferentes instituciones y forzar a sus titulares a generar subejercicios con el planteamiento de una austeridad para adelgazar al Estado, ha provocado colapsos en diferentes instancias, y afectados a los inmediatos, o sea, a la ciudadanía; recurrir a la vía más fácil para tener dinero para sus programas clientelares a costas de otros demuestra la ineptitud de un mandato y de quienes los dirigen.
La corrupción no solo se atribuye a funcionarios públicos de realizar un acto ilícito a cambio de dinero, sino también el abuso de poder, tal como se ha estado manejando en los años de gobierno de la presente administración, la salud es uno de las instancia colapsadas por esta “austeridad” en un sector fundamental para los ciudadanos, y han limitado el presupuesto al grado de no contar con medicamentos, retirar apoyos para financiar tratamientos en enfermedades como cáncer, diabetes u otros como se venía haciendo en años pasados, a través de instituciones gubernamentales o no, tal el caso del Fucam, el cual se realizaba por medio del Seguro Popular.
Otras de las repercusiones lo vemos en la ciencia y tecnología, con recortes a instituciones tales como el Conacyt o el Centro de Investigación en Química Aplicada, al instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, el de Cancerología, el de Ciencias Médicas y Nutrición, el de Cardiología Ignacio Chávez, el de Alta Especialidad de Chiapas, el de Salud Pública, el de Neurocirugía Salvador Zubirán, el Nacional de Cancerología, entre otras instituciones y fideicomisos destinados a la ciencia coartando el trabajo de muchos investigadores y científicos muy necesarios en tiempos de crisis como lo vivido actualmente con el Sar-Cov-2, sin olvidar que muchos de los mencionados y otros faltantes en esta lista, atienden directamente a personas con escasos recursos llevándoles tratamientos, pero con la disminución o desaparición de ellos han orillado a las personas a a recurrir a otras formas de atenderse o morir en la búsqueda de la atención.
La Ciudad de México no ha sido la excepción, con una administración morenista y una Jefa de Gobierno muy afín al presidente del mismo partido, y que le tiene toda fidelidad por encima del bienestar de los ciudadanos cuando no debe de ser así, porque estos funcionarios públicos se encuentran en ese puesto gracias al voto ciudadano y es a ellos a quien se deben pero, no ha sido así; vemos la misma situación en rubros como los centros de salud, la precariedad y falta de medicamentos denunciados por muchas personas hasta en redes sociales, así como en sectores tales como educación, cultura, temas sociales, incluyendo en el transporte público como ha sido del caso del metro.
Sin embargo, el adelgazamiento al Estado una medida de los modelos económicos neoliberales, no han traído buenos resultados porque afectan al bienestar social, el ahorro que siempre ha querido implementar López Obrador desde su administración en la Ciudad de México, no ha sido con mejores beneficios, y menos aplicándolos en rubros de primera necesidad para la gente tales como la salud, el metro, la investigación científica, la educación y otros básicos para el ser humano, pero pese a hacérselo entender por medio de la ciudadanía y organizaciones civiles ha ocasionado una lucha de poder, centrándose en su terquedad así como en su soberbia, victimizándose para opacar el grito desesperado de la población, olvidándose de quien le dio el voto.
Lo ocurrido en los últimos dos años con la presente administración de Claudia Scheinbaum, es un reflejo claro de esa estrategia de López Obrador por llevar esa austeridad al grado de colapsar entidades de necesidades básicas, la falta de mantenimiento al metro por querer ahorrarse dinero generando con ello subejercicios por no aplicarlos a tenido un costo muy alto, y hemos estado viéndolo con las múltiples fallas en sus instalaciones así como el colapso del tramo de la línea 12 en la estación Olivos con 25 muertos además de heridos.
La austeridad republicana se ha vuelto asesina porque no es aplicable a todos los sectores del gobierno, tanto criticaron el adelgazamiento del Estado de los periodos neoliberales que lo están repitiendo e inclusive con mayores consecuencias, porque hay rubros los cuales cubre derechos inclusive primarios, esenciales y básicos para la vida humana, donde es imposible aplicar recortes sin afectar la salud, la seguridad, la educación, la justicia entre otros factores importantes para el mínimo vital y el hacerlo rompen con esa necesidad primaria de existencia de la población peor cuando es de escasos recursos.
Hacerla de Robín Hood, quitándoles a los ricos para darles a los pobres, no es tan fácil sin tener consecuencias alternas, para administrar los bienes de una nación es más que eso, es realizar un estudio y un planteamiento de desarrollo a mediano y largo plazo, tomando en cuenta a todos los grupos sociales, sin afectar a sus derechos humanos, el cual debe ser sustentable y sin decremento en el mínimo vital de todo ciudadano, al final, vemos cual errado se encuentra el gobierno de López Obrador con su austeridad republicana que mata con sus resultados.
La política pública no solo es ahorrar, sino saber administrar, cubriendo con cada uno de las necesidades básicas de la población sin infringir en afectaciones, los programas sociales están bien darlos, pero, se debe encontrar la forma de sustentarlos, sin quitar dinero a partidas esenciales como la salud o la seguridad o el mantenimiento de una red tan importante como el metro donde vidas humanas se encuentran resguardadas por el Estado siendo en este caso el de la CDMX, porque no por dar unos pesos, se pierda mucho más en otros incluyendo vidas humanas, eso, no es saber gobernar; siempre se debe de anteponer el bienestar de la gente por encima de cualquier interés, el no hacerlo, es fallar la confianza otorgada a ese funcionario en la urnas y debería de castigarse como traición a la patria.