Las #MalasPalabras de esta semana tienen que ver con la LEALTAD, ese sentimiento que se alimenta de los principios morales y los compromisos establecidos con nuestros seres queridos, nuestros amigos y con quienes compartimos un interés común… pero ¿qué pasa cuando se deja de lado este compromiso y se llega a niveles de TRAICIÓN?
Por @MartaObeso
En México y en el mundo, cada vez son más el número de personas que faltan a sus principios morales y ceden para cometer actos con los que defraudan la confianza de sus seres queridos, amigos y / o sociedad, esto sucede exactamente cuando una persona hace todo lo contrario a lo que se espera que haga.
Existen muchos tipos de traición, la más común es la amorosa y, a decir de los expertos, “quien traiciona a su pareja, facilmente lo hará en el trabajo”… con las amistades y en cualquier grupo social al que pertenezca.
Para Maquiavelo, la deslealtad, es el único acto humano que no se justifica, mientras que para Dante Alighieri, “un traicionero comete el peor de los pecados y tiene como destino un encierro perpetuo en el noveno y más profundo círculo del infierno”.
Existen muchos tipos de traición, son acciones basadas en el ENGAÑO, la INGRATITUD y la VILEZA. Cuando un cónyuge, un familiar, una amistad o un líder falta al compromiso asumido, EXTERMINA el vínculo de la confianza; terminando de GOLPE con el aspecto virtuoso de la relación, abriendo paso a un DESCONCIERTO de magnitud desconocida.
Difícilmente un individuo habituado a sostener relaciones en las que se rompa con las normas básicas, podrá sostener vínculos sociales que se desarrollen con normalidad. Diversos estudios confirman que una persona desleal es víctima del Complejo de Inferioridad, tienen una autoestima débil, presentan conductas esquivas con altos niveles de hostilidad y agresividad.
Absorbido en esta dinámica, un ser traicionero siempre tendrá un comportamiento IMPREDECIBLE y mal organizado, son personas poco comprensivas y, conforme pierden la convicción con sus principios, son más propensas a asumir poses de un triunfalismo implacable.
¿Cuánto se puede confiar en un ser que a lo largo de su vida va sumando una serie de acciones en las que sus compromisos o puntos de vista cambian de manera radical, dependiendo, si las circunstancias habrán de favorecerlo pese a la afectación de terceros?
¿Con qué calidad moral una persona desleal puede criticar el actuar de otro individuo?, cuando éstos son seres quienes poseen una psicopatía que los convierte en especialistas de la MENTIRA y el ENGAÑO.
Lamentablemente las personas que han tenido la oportunidad de tener una mejor educación, mayores ingresos y carreras exitosas, son más proclives a ser infieles, traicioneras o desleales.
Cuando se postra ante nosotros alguien de quien percibimos la capacidad de cometer una traición, nos quedamos a la expectativa de ver los límites de su comportamiento; es por ello que en el momento de que su actuar comienza a polarizar la convivencia hacia una persona o grupo, llega el momento de actuar.
La deslealtad se da en relaciones basadas en la confianza, una confianza depositada en un sujeto en el que se esperaba llegar a un fin común, con respeto a determinados pactos, acuerdos o estatutos establecidos para ello.
Cuando alguna de las partes falta al compromiso de manera intencional, no sólo falta al compromiso asumido, se traiciona a sí misma, ya que el daño propiciado es común. La diversidad humana presenta una amplia gama de la conducta humana; No obstante la integridad de nuestra especie se fortalece en la LEALTAD, sin ella la estabilidad de las relaciones sociales se encuentra en declive. En una sociedad plagada de traiciones, es urgente replantearnos el valor moral de la LEALTAD, lo que ímplica un fuerte compromiso ético con nuestros propios principios.
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