Luego de que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, decidiera acabar con la tradición de la fotografía presidencial, el destacado retratista David Ross compartió su opinión con los periodistas Marta Obeso y Emmanuel Gálvez, en es espacio informativo de #esferaTV.
“El señor presidente de México ha decidido romper con una tradición de no tomarse un retrato oficial como lo hicieron presidentes en el pasado”, dijo el pionero del retrato político en México, “Pero no sólo rompe una tradición en México, sino que rompe con una tradición mundial. Porque en todo el mundo el retrato oficial de su príncipe, como lo llamaba Maquiavelo, pero refiriéndose al principal, no al hijo del rey; el retrato oficial siempre ha sido importante, porque siempre es importante reflejar la imagen de la persona principal”
En el caso del presidente de México, continuó el entrevistado, que es una persona sencilla y quien considera que el poder debe ser humilde y no ostentoso, y que ha decidido no tener un retrato oficial; debería de tener presente que el retrato oficial bien representado, no es una imagen fría, el retrato oficial del presidente de una nación es un retrato que muestra el poder del líder.
El video completo de la entrevista lo puedes ver en: David Ross, pionero del Retrato Político en México, habla con los periodistas Marta Obeso y Emmanuel Gálvez, de la decisión de Andrés Manuel López Obrador de romper con la tradición de la #FotoPresidencial
El retrato oficial que debiera de tener Andrés Manuel López Obrador, debería de ser un retrato que no solo debería de ser una iniciativa del Presidente y su equipo. El retrato del Presidente de México debe ser apreciado y considerarlo como un estandarte del mismo pueblo.
Un fotógrafo con experiencia sabe captar el aspecto psicológico, instintivo y emocional de quien posa, y en el caso del Mandatario de la Nación, el retrato oficial debe captar el psique, la esencia y el conjunto de sus cualidades, que son el magnetismo, el poderío, la determinación, la fuerza y decisión que ha demostrado, esa capacidad de hacer las cosas; que todo en conjunto recibe el nombre de carisma y que al ser captado por la lente, llega a la emoción del espectador y a lo mas profundo del instinto gremial, que no solo es característico del ser humano, lo tienen todos grupos de seres vivos que siguen a sus lideres, explicó David Ross.
“Desde tiempos inmemoriales el carisma tiene una proyección inmediata, profunda y se da de manera instintiva en el seguidor. El líder y el seguidor desde las épocas mas remotas, forma un dúo inseparable. El fulgor y brillo del líder siempre se encuentra en los ojos de los seguidores, el líder no es nada sin ese complemento de sus seguidores”.
Independientemente de que una foto pueda alimentar el ego o hacer un culto innecesario, el retrato presidencial es importante para conservar el vinculo del líder y sus seguidores. “El líder por sus características esenciales, por su carisma, es quien marca la pauta marca, el rumbo y pone el orden, impone respeto, impone seguimiento con su sola presencia. El líder no puede estar en todas partes, por eso es importante que se multiplique” y es a través de una imagen como se logra esta representación.
“No estoy de acuerdo que el presidente se represente solo físicamente” subrayó David Ross, “el retrato oficial que tiene que tener el presidente de México, tiene que presentar su carisma y esto se logra a través de los tres elementos de comunicación más importantes, que son una mirada profunda, un entusiasmo inacabable y una sonrisa de buen hombre, de un hombre comprensivo de las necesidades y los imperativos del pueblo”.
El pueblo de México sería feliz con un retrato que represente la psique, su fuerza interior y el magnetismo, el deseo de hacer las cosas en beneficio del pueblo y con el entusiasmo que ha demostrado, que es grande, y la sonrisa compresiva que siempre le acompaña, agregó el entrevistado.
“Todos los mexicanos nos encontramos deseosos de tener una representación fiel digna del carisma de nuestro presidente”, por lo que consideró un error la decisión de romper con esta tradición.
En referencia a lo ostentoso que puede ser el estudio fotográfico y la reproducción de la fotografía oficial, David Ross lo comparó con los gastos publicitarios para cualquier campaña de los programas de gobierno, “es sólo una reasignación de recursos para pagar un estudio fotográfico de un buen retratista que sepa extraer las cualidades intrínsecas del líder”.