En la noche feliz, En secreto,
cuando nadie me vio,
Ni yo vi nada, Sin luz ni guía,
salvo lo que ardía en mi corazón.
San Juan de la Cruz
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Después de la marcha del domingo pasado para presionar a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y declaren inconstitucional el Plan B que pretende meterle mano y debilitar al INE rumbo a la elección del 2024, en cierto sentido López Obrador ligó la manifestación a las figuras de Felipe Calderón y su super policía Genaro García Luna sentenciado por una corte de Brooklyn, así dijeron que los manifestantes querían defender a los narcotraficantes, a los mafiosos de antes, ya sabemos el discurso de los fifís, clasistas y racistas, pero la fiesta le duró apenas unos días y un nuevo problema se avecina para el inquilino de Palacio Nacional que le debería quitar el sueño.
Hace algunos meses estuvo en el candelero de las discusiones la militarización del país, esa que personajes que hoy son parte de la 4T le negaron a Enrique Peña Nieto el sexenio pasado, se tomaban fotografías para sus redes con mensajes contra esas acciones y más cuando a Peña se le terminó el margen de maniobra de sus Reformas Estructurales, por la desaparición de los 43 normalistas y la documentación periodística de la participación del Ejército en aquellos atroces acontecimientos que marcaron la debacle del último gobierno priista.
Para no estar fuera de lugar con aquello de Calderón y García Luna, fueron los que hoy gobiernan férreos opositores de la guerra sin sentido desatada para legitimar al segundo presidente panista y los resultados estaban a la vista, muertos y frivolidad que llamaron daño colateral, ahí el Ejército salió a las calles desde aquel 2007 no han regresado a los cuarteles, por el contrario en el gobierno de los diferentes se han vuelto constructores, contratistas, administradores y policías, un poder que difícilmente se les podrá quitar en los próximos años y aquellos que se oponían lo festejaron incluyendo a los priistas que están bajo la tutela de Alejandro Moreno Cárdenas.
Es muy difícil que dada la personalidad del Pejelagarto cambie de parecer, pero nos hemos acostumbrado a su obtuso relativismo, el martes 6 de septiembre del año pasado reculó de nuevo, aceptó que cambió de opinión respecto al uso de militares en tareas de seguridad pública por tratarse de un problema grave, en ese momento las críticas recibidas por las reformas que colocarían a la Guardia Nacional bajo el control del Ejército, solo para el contraste la redes sociales están plagadas de videos donde se ve al entonces candidato decir una y otra vez que los militares regresarían a sus bases, las evidencias nos dicen que no han bajado los índices de violencia a pesar de la narrativa optimista.
La fiesta que traían en Palacio Nacional por aquello de Genaro García Luna que le pega a Felipe Calderón y que se usa también en contra del PAN, que son el partido “fuerte”, se les puede aguar, ya circula un video con imágenes de un grupo de militares que se enfrenta con civiles que protestaban por la muerte de cinco jóvenes de entre 20 y 30 años, por parte del Ejército Mexicano en Nuevo Laredo, y que incluso los del verde olivo abren fuego en contra de las personas.
Me dicen que cuando se enteró el presidente se enojó mucho, las actividades se detuvieron y se encerró con sus cercanos para pedir explicaciones. ¿Qué dirían los que hoy gobiernan si fueran opositores? ¿Cuál sería la declaración del López Obrador del pasado? Veremos cómo se justifican estos acontecimientos en el ocaso del sexenio de la 4T que se dicen humanistas y hasta dónde llegan en las investigaciones, igual que en el pasado los responsables de la estrategia tienen nombre y apellido
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Hasta la próxima.