Estamos de tal modo constituidos
que sólo nos es dado a vislumbrar la eternidad
desde la frágil y perecedera carne.
Ernesto Sábato
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Estimado lector, gracias. Aquí he tocado el tema de la incipiente oposición partidista al régimen de la 4T. He dicho que el presidente López Obrador tiene toda la razón cuando los nombró -hace casi dos años-, como los “moralmente derrotados”, y así fue, ni las manos han podido meter en el Congreso porque los de Morena son mayoría aplastante. Los presidentes de los partidos están muy calladitos no les queda de otra y algunos gobernadores optaron por rendirse, entregarse al tabasqueño y no sufrir las represalias que ya se sienten en el manejo de los dineros presupuestarios para los estados.
La derrota del 2018 de los priistas, de los panistas y perredistas, se fue fraguando por años, principalmente por los malos resultados en los gobiernos de Fox, Calderón y Peña. En el caso del PRD los gobiernos de la ciudad encabezados por Ebrard y Mancera. La constante de los 18 años del inicio de siglo fue la corrupción, el saqueo que terminó por hartar a la ciudadanía que le dio la oportunidad a los tricolores y al ver que resultó peor, se le abrió la puerta a López después de 18 años de pretender ser presidente.
No solamente ganó López, sino que llegamos al agotamiento de los partidos políticos, están completamente desprestigiados y se lo ganaron a pulso, ahora lo que se rescata son las mujeres y hombres en lo individual porque los membretes son una marca desgastada y sinónimos de corrupción. Para aquellos lugares se encamina Morena “la esperanza de México”, que sin su caudillo se pone el piso parejo y los nombres son los de siempre enfundados en otros colores.
El proceso electoral pasado en que el gran perdedor fue el partido del presidente, dejó varias lecciones, entre las que destacan que Morena es un instituto dividido por la búsqueda de las posiciones y que se pueden vender para operar al mejor postor como sucedió en Hidalgo. También fue parte de la cosecha de estar sembrando odio desde Palacio Nacional.
Fue el mismo presidente que les regaló una bocanada de oxígeno, sus constantes ataques y división se revirtieron, su imagen no jugó un papel preponderante a pesar de los programas sociales. Es decir, tanta división, tanto odio y regresos constantes al pasado han terminado por unir a grupos antagónicos, o por lo menos intentar la búsqueda de un frente para equilibrar la lucha electoral en el 2021.
Ahí está la Alianza Federalista que, en voz del gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez el “Bronco”, no esconde que las pretensiones también son políticas, son para hacer frente al hijo de Macuspana, ganar posiciones en la elección intermedia, acotarlo, debilitarlo para la sucesión presidencia del 2024, con la escala de la revocación de mandato que no le quitará el cargo, pero políticamente le puede salir muy caro por el contexto de pandemia, crisis económica e inseguridad.
Así los diez gobernadores siguen en su trabajo de hacer amarres con personajes importantes en sus entidades, con empresarios y dueños de medios de comunicación, líderes que no han sido tomados en cuenta. Además de que los partidos se sumaron al frente Sí por México, una plataforma que buscará la mayoría parlamentaria, la derrota de Morena y el presidente en el siguiente año.
Estas combinaciones entre PRI, PAN, PRD y sumando partes radicales de la derecha, resultan como el agua y el aceite, se borran las fronteras y hasta se traiciona la ideología política. Veremos si les resulta, aunque cargan el desprestigio acuñado por años. No les será nada fácil y nos mostrarán de qué está hecha esa alianza y si el electorado se las compra. Veremos…
Entre Palabras
A don Manuel Bartlett nada le preocupa, López como Peña sabe ser amigo de los amigos. Cómo se mimetizan.
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Hasta la próxima.