Es fascinante hasta qué punto
a la gente le gusta juzgar
Michel Foucault
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Estimado lector, gracias. El próximo año el Partido Revolucionario Institucional enfrentará uno de los mayores retos de su historia, y no se trata de darle rumbo al país, o ser oposición, ni ganar gubernaturas, se trata de sobrevivir ante un panorama adverso, ante el estigma de la corrupción que fueron configurando por años, una soga que ellos mismos colocaron en su cuello por la insultante corrupción que se agudizó en el sexenio de Enrique Peña Nieto y hoy los tiene “moralmente derrotados”, aunque en cada oportunidad hacen todo para agradar al inquilino del Palacio nacional.
Los priistas no encuentran por donde lavarle la cara al partido, a pesar de las campañas mediáticas donde pretenden recordar a la ciudadanía lo “bien que lo hicieron” cuando fueron gobierno, las instituciones que construyeron. De seguir así no les va a alcanzar para mucho y menos cuando el presidente López Obrador los tiene sometidos por diferentes flancos, primero por la parte presupuestal, la mediática y por supuesto la detención de los corruptos como Emilio Lozoya, César Duarte, Javier Duarte y los que se acumulen en la semana.
Me cuentan algunos priistas, que la dirigencia se encuentra muy preocupada porque a pesar de los deslindes de Lozoya, como lo hizo Alejandro Moreno, presidente de ese partido, simplemente no tienen efecto, hasta burdos se ven. Y siguiendo esa táctica, ¿cuándo sean nombrados Luis Videgaray y Enrique Peña Nieto también dirán que no eran militantes?
Pero lo mediático está por venir para desactivar alguna posibilidad y eso lo tienen bien claro en Morena y la 4T, será imposible que los priistas en su conjunto, escapen a la picota que les tiene preparada López Obrador y seguidores, quien apretará o aflojará la correa a su conveniencia usando los resultados de las investigaciones sobre Lozoya, y seguramente más de uno de los actuales diputados y gobernadores, gustosos se pasaran a las filas de los morenos. ¿Cuáles lealtades y principios?
Por ahora en las cámaras, los priistas se han vendido al mejor postor y ni las manos han metido para hacerle sombra a la mayoría aplastante de Morena. En el caso de los gobernadores hasta dóciles se han mostrado con el presidente, ahí está el caso del gobernador de Hidalgo, Omar Fayad y del Estado de México, Alfredo del Mazo, o el de Colima que en la última gira del presidente bajo la cabeza después de hacer críticas, en fin, a López Obrador le bastó una gira para meterlos en cintura.
El asunto es que los priistas han perdido cuadros, militantes y simpatizantes, no son oposición ante el mal mandato de López Obrador, y los tropiezos que el tabasqueño tiene no los capitaliza, la gente no los cree y la marca PRI es sinónimo de corrupción. Así que el panorama del siguiente año cambiará, van a perder gubernaturas y de las once que hoy gobiernan serán reducidas.
El PRI no es un partido ganador y su único objetivo será sobrevivir, no se han dado cuenta que ese partido es un cascarón, eso sí del que salen recursos económicos, pero no líderes. Bajo esas condiciones son la piñata perfecta para López Obrador y la campaña que ya comenzó.
¿Cuál oposición?
Entre Palabras
Ya hay nuevos consejeros en el INE, esperemos que resistan las presiones que vienen por parte de la 4T, porque la tentación de incidir en ellos, en el INE y en las elecciones siempre está presente.
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Hasta la próxima.