Porque “un mundo sin poesía es la nada”, esta tarde el jefe del Estado mexicano, Andrés Manuel López Obrador, reconoció el trascendente aporte de Amado Ruiz de Nervo Ordaz, mundialmente conocido como Amado Nervo, a cien años de su fallecimiento.
Hombre de letras, prolífico en diversos géneros, pero más recordado en el orbe como un poeta de calidad extraordinaria, Amado Nervo, su memoria y su obra recibieron honores en la ceremonia Centenario de la Inmortalidad del Bardo Nayarita y Poeta Universal, Amado Nervo, donde el presidente López Obrador encabezó la develación del busto y placa conmemorativa.
El mandatario recordó a Nervo desde la visión de otro destacado hombre de letras, Carlos Pellicer Cámara, quien “sostiene que Nervo era un poeta religioso que a veces, hondamente, se acercó al estado místico; en efecto, Nervo vinculaba la palabra sagrada con la palabra poética. Lo confirman estos versos: Todo yo soy un acto de fe / todo yo soy un fuego de amor / En mi frente espaciosa lee / mira bien en mis ojos de azor / hallarás las dos letras de fe / y las cuatro radiantes de amor.”
Pese a definirlo de manera indudable como “un gigante de la escritura”, y recordar sus colaboraciones desde temprana edad en diarios como El Correo de la Tarde (Mazatlán), El Nacional, El Universal, El Imparcial y otros periódicos, el presidente López Obrador apuntó sobre el proceder político de Amado Nervo que “el amor a las letras, considero, debe ir de la mano con la política, no sólo es el arte por el arte”.
“Este día homenajeamos a un gran poeta mexicano y nos da gusto que sus letras se sigan recordando. Un mundo sin poesía es la nada. Nervo apasionó con sus obras a muchas generaciones”.