Minutos después de que le retiras la cáscara o muerdes un plátano o una manzana, ves como su consistencia cambia de color; igual sucede con nuestro cuerpo. El proceso de oxidación es una reacción normal y los seres humanos también nos oxidamos, se oxida cada una de nuestras células y eso es lo que conocemos como envejecimiento.
Con el paso de los años y ésta inevitable oxidación de nuestro cuerpo, las alteraciones en el equilibrio de cada una de nuestras células forman parte de un proceso de deterioro progresivo que va limitando la capacidad de su nutrición, reduciendo su funcionalidad y provocando el surgimiento de enfermedades como Alzheimer, Esclerosis, Parkinson y demencia senil, entre otras.
El doctor Samuel Serfati, director general de Biolife, en exclusiva para www.esferanoticias.com, explica que la nanotecnología ha venido a revolucionar de forma innovadora la producción de fármacos y suplementos alimenticios, permitiendo la creación de nanopartículas capaces de imitar o alterar procesos biológicos y dando solución a la absorción eficiente de las sustancias que requiere nuestro organismo para detener y/o revertir alguna afectación, ejemplo de ello es GranaGard, la primera cápsula con una nanoemulsión de aceite de semilla de granada, uno de los antioxidantes más potentes que nos regala la naturaleza.
Ácido punícico = Omega 5
Estudios realizados durante los últimos 10 años han demostrado que es en la semilla de la granada en donde se encuentra el Omega 5, empleado en tratamientos de cáncer, obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares. El Omega 5 es un antioxidante hasta cinco veces más efectivo que el té verde y más del doble que el extracto de uva; incalculablemente benéfico para la salud, si es suministrado en cantidades adecuadas en el lugar correcto.
Convencido de que la cultura de la prevención es lo que permitirá a las nuevas generaciones alcanzar una vejez activa, Samuel Serfati no duda de que durante 2019 GranaGard y su gran aportación en la atención de enfermedades neurodegenerativas, lograra posicionarse como el suplemento alimenticio de excelencia en México; ya que, de así lograrlo, habrán de reducirse muchas de las enfermedades que actualmente padecen los adultos mayores.
El Omega 5 blinda o protege a las células de los agentes dañinos, es por ello que no es comparable a otros omegas, ya que su capacidad es mucho mayor a cualquier otro antioxidante. Lo que definitivamente hace único a GranaGard, es el empleo de la nanotecnología, por lo que la nanoemulsión de aceite de semilla de granada, es una de las pocas en el mundo que puede llegar al cerebro y fortalecer nuestras neuronas, asegura el entrevistado.
Todos sabemos que con el paso de los años se van perdiendo neuronas y éstas no se pueden recuperar; sin embargo, ya es posible cuidar y fortalecer las que nos quedan, destaca el doctor Serfati.
Como efecto secundario, se ha descubierto que esta nanoemulsión ha beneficiado a pacientes obesos con diabetes, quienes después de ingerir estas cápsulas de forma periódica, han registrado una marcada mejoría de la glucosa en sangre.
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¿Cuáles son los beneficios de una nanoemulsión?
El doctor Serfati destaca que, gracias a la nanotecnología, el potente efecto antioxidante del Omega 5 extraído de la semilla de la granada llega al cerebro en cantidades apropiadas. Esto debido a que el nutriente se coloca “dentro de una nanoestructura y así es transportado al sitio donde normalmente no puede llegar; a travesando, incluso, la Barrera Hemato-Encefálica”.
Como si fuera de ciencia ficción, gracias a la nanotecnología, uno de los más potentes antioxidantes que nos ha regalado la naturaleza es colocado en un millón 300 mil nanogotas –contenidas en una gota de agua-. “Es así como pueden atravesar las barreras biológicas y llegar a territorios orgánicos que son de muy difícil acceso, como el cerebro”.
Esta tecnología es la que permite que los potentes efectos antioxidantes del Omega 5, “lleguen al cerebro en cantidades apropiadas para combatir el daño oxidativo presente en enfermedades neurodegenerativas”.
Traído desde Israel
Stanley Prusiner, investigador del cerebro de la Universidad de California, demostró que la Proteína Priónica (PRP), que se encuentra en el cerebro, cambia su forma y en lugar de desintegrarse al finalizar su función acumula deshechos, causando un proceso acelerado de destrucción de sus células.
La investigación de Prusiner también demuestra que el mismo proceso ocurre en otras enfermedades como Alzheimer, Párkinson y algunas patologías degenerativas de músculos; enfermedades en las que está presente su respectiva proteína dañada.
Por estos descubrimientos Prusiner recibió el premio “Wolf” en Israel y el Premio Nobel de Medicina en 1997. En el laboratorio de este investigador colaboraba Ruth Gabizon, investigadora que ha estudiado los mecanismos bioquímicos de las enfermedades neurodegenerativas.
Años más tarde, en el departamento de neurología del Centro Médico de la Universidad de Hadassah en Ein Kerem de Jerusalén, Ruth Gabizon realizó los estudios que le permitieron demostrar cómo las altas concentraciones de ácido punícico contribuyen a prevenir o retardar el desarrollo de trastornos neorológicos, desde la esclerosis múltiple hasta la demencia.
Es con esta experiencia en el estudio de los trastornos neurológicos que en el laboratorio de la doctora Gabizon se decide tomar el camino que permitiera avanzar en la creación de un tratamiento que prolongara la vida útil de las células del cerebro y mejorar su funcionamiento.
Apoyados en la nanotecnología, se prepara una emulsión que lleva una mayor cantidad de omega 5 directamente a la sangre para viajar hasta el cerebro, en donde atraviesa la Barrera Hemato-Encefálica, contribuyendo de forma significativa a favorecer el desarrollo de las funciones del cerebro.