La higiene de manos es la medida más efectiva en la prevención de infecciones asociadas a la atención, toda vez que está demostrado científicamente que puede prevenir adecuadamente el 100 por ciento de las infecciones.
De acuerdo con la Secretaría de Salud se calcula que, cada año, mueren aproximadamente 840 mil personas en países en vías de desarrollo, como consecuencia de enfermedades causadas por una inadecuada higiene de manos del personal de salud.
Combinar la higiene de manos con otros métodos que forman parte de las estrategias de seguridad del paciente, es la mejor vía para prevenir cientos de muertes prematuras.
La acción de lavarse las manos tanto de los profesionales de la salud, el personal hospitalario y la familia de los pacientes, puede prevenir que un paciente presente infecciones recurrentes.
La técnica de un buen lavado de manos es con agua corriente y enjabonarlas. Se deben frotar las manos hasta formar espuma y tallarlas una contra la otra, entre los dedos y debajo de las uñas.
Luego, se debe seguir frotando las manos aproximadamente 20 minutos, enjuagarlas y secarlas con una toalla limpia o desechable o con secador de aire.