Con gritos al pie de su ventana, rodeada por planchas de metal, los ciudadanos, en su mayoría, pasaron de las redes sociales a los ‘bots’ de carne y hueso que eufóricos vociferaban ¡narco presidente! y le exigieron, a Andrés Manuel López Obrador, no destruir la democracia, quién respondió al día siguiente de la Marcha por la Democracia, que se disfrazaron de demócratas.
Ernesto Madrid
Incluso se aventuro a pronosticar quién ganará las elecciones, sin mencionar el nombre, pero si asegurar, en clara referencia a su candidata Claudia Sheinbaum que ‘la ganadora será una mujer y con ella continuará la transformación del país.
“Porque estoy cerrando un ciclo, ya voy a terminar, voy a entregar el mandato y estoy absolutamente seguro, claro hay que ver qué dice el pueblo y qué dice el creador, pero como veo yo las cosas voy a entregar la banda presidencial a una mujer que piensa como piensa la mayoría del pueblo, -frente a al menos 700 mil manifestantes en la plaza del Zócalo capitalino- una mujer que se llama justicia”.
Minimizo, como suele suceder, el despertar ciudadano que se manifestó en su contra y que acudieron en forma voluntaria o animados por organizaciones de la sociedad civil, a las que se sumaron políticos de manera individual, quiénes esperan el oportunismo ciudadano.
Y cuando hablo de verdaderos ciudadanos, es porqué en las estaciones del metro, era común encontrar personas, en su mayoría de la tercera edad, que acudía con jubiló, vestidos de rosa o blanco, que al ser cuestionado por quién esto escribe, afirmaron que nadie los coaccionó para acudir, lo hicieron por su voluntad y con el ánimo de denunciar que estaban ‘hartos de este gobierno’, y que la pensión que reciben, “no le pertenece al presidente sino a quienes pagan impuestos”.
Aun así, el presidente a la mañana siguiente, crítico la Marcha por la Democracia, igual a la crítica que le antecedió su ‘corcholata’ en el marco de su registro como candidata ante el INE, que solo dejo entrever su preocupación, porque dijo “hoy no venimos a hablar de ellos”, -los asistentes a la marcha- a quienes calificó de “falsos e hipócritas.
(…) “Resulta importante y más aquí en este recinto, señalar la falsedad e hipocresía de aquellos que hablan o marchan por la democracia, cuando en su momento promovieron fraudes electorales, o nunca vieron la compra de votos, o se les olvidó respetar a los pueblos indígenas promoviendo la discriminación y el clasismo” pero en una de sus 15 propuestas y por contradictorio que parezca, dijo que respetarán la manifestación social.
Lo cierto es que aún no pueden cantar victoria pese a que se rebordean en su dinero, su poder y sus encuestas porque la elección, como se vio este domingo, aún no está definida para alguien en particular, como dijo el orador Lorenzo Córdova que “desde el poder” se busca destruir sistemáticamente la democracia y las instituciones constitucionalmente autónomas de México -y- “hoy todo esto está bajo amenaza”.
Por algo muy sencillo, resaltó sin decir su nombre, pero en referencia a López Obrador, quiere “destruir la escalera que lo encumbró en la Presidencia de la República” porque encabeza un “proyecto de regresión autoritaria”.