El presidente Andrés Manuel López Obrador fue de gira a Acapulco, pero no a visitar a los afectados y dijo que ha estado más de tres ocasiones, pero jamás en ‘las ruinas’ de lo que quedó del puerto mientras que en Palacio Nacional no dejaron entrar a los acapulqueños que pedían más presupuesto para la reconstrucción, pero los senadores les abrieron las puertas.
Ernesto Madrid
La realidad del caso es que, por órdenes de Martí Batres les cerraron el paso para que accedieran a Palacio Nacional por la calle de Correo Mayor bajo la óptica presidencial de que a ser víctima, salvo él mismo bajo la afirmación de que “son marchas de politiquería” olvidando que el construyó su carrera política con marchas, plantones y éxodos y caravanas y por ‘la democracia’ descalifica a los damnificados de Acapulco.
Por eso, la ‘caravana por Acapulco’ se fue al senado donde 15 integrantes fueron recibidos por los legisladores encabezada por Evodio Velázquez, vocero del movimiento y se estuvieron en la Cámara de Diputados para pedir que una parte del presupuesto se destine a Guerrero, un fondo, que no fue considerado en el presupuesto de Egresos en el entendido que no es prioridad ni para López Obrador que dice que hay dinero de sobra, ni para los legisladores de Morena.
En el contexto diversos analistas e incluso el coordinador del PRI en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira, alertó que los damnificados de Acapulco podrían ser víctimas del crimen organizado, y un incremento en la inseguridad, ya que, ante la emergencia, y al no poder continuar con sus actividades ilícitas, tratarán de obtener recursos mediante extorsionar a la población.
Incluso el periodista Héctor de Mauleon destacó en su columna del pasado 6 de noviembre que el saqueo y la rapiña que se desataron sobre Acapulco tras el paso del huracán Otis “no fueron espontáneos. Los dirigió y coordinó el crimen organizado, de acuerdo con reportes militares y fuentes confidenciales de la Asociación de Banco de México,” fundamentalmente el CIDA (Cártel Independiente de Acapulco) y la organización conocida como Los Rusos (dependiente del Cártel de Sinaloa) que, coordinaron el asalto a los almacenes y las tiendas departamentales de alta gama.
Quizás sea una de las razones, a parte de las alertas que fueron exhibidas en tiempo y forma por el Centro Nacional de Huracanes de Miami ocho horas antes de que Otis tocara tierra, por la que López Obrador trata de manejar su narrativa como la víctima en dónde ha estado más de tres ocasiones en Acapulco desde que “Otis” devastó el puerto; “lo digo porque los adversarios politiqueros han sostenido que no he ido a Acapulco” dijo y ahora sólo ira a la base Naval para coordinar las entregas.
La diferencia con otros presidentes es que a López Obrador no se le ha visto de cerca con los verdaderos damnificados, ni un recorrido, ni una reunión, ni un abrazo, nada a lo que se suma un daño que rondan los 16 mil millones de dólares, más o menos, 288 mil millones de pesos al que solo se le asignaron poco más de 61 mil millones de pesos que coincide con lo asignado para el Plan Nuevo Guerrero.
Lo lamentable del caso es que los recursos que efectivamente tendrán que ser erogados —como el pago de despensas, de enseres domésticos, de infraestructura— no tiene explicación alguna de la fuente de la que provendrán, en un presupuesto aplicable para 2024 que se discutió y aprobó este lunes por la noche, en el que no se advierte voluntad de los legisladores, sobre todo de Morena, de cambiar las cosas.