Por Rafael Lulet
La alcaldía de Coyoacán con decepción de sus diversos gobernantes, si no es por falta de atención a los vecinos es por la mafia inmobiliaria en los tiempos de Mauricio Toledo quien aún sigue prófugo, ahora, se suma la de antros y chelerías, los cuales son un dolor de cabeza para los vecinos, porque no solo es contaminación auditiva, sino también obstaculizan las calles y avenidas, agregando a ello, la venta de licor desconociendo la edad de sus consumidores sin importar si son menores o no.
Movilizaciones de elementos policiacos en cada “tocada”, así se vive en algunas partes de la demarcación en Coyoacán, sin detener a nadie, sin clausuras, pero eso sí, gastando gasolina, tiempo y distracción de policías para según ellos “cuidar el orden público”, siendo eso, un gasto de recurso para hacerle la chamba a estos antros o chelerías con permisos o sin ellos, a costa del erario público. Cada fin de semana lo mismo, comenzando desde el viernes y terminando el domingo, en muchas ocasiones desde las 3 o 4 de la tarde hasta la 2 o 3 de la madrugada, y por más llamadas realizadas al 911 para callar el escándalo propiciado por clientes borrachos de estos establecimientos, solo llegan las patrullas sin poder hacer más, porque los pseudos “permisos” muchos de ellos hechizos u obtenidos de manera clandestina para esquivar las quejas vecinales otorgados por la misma alcaldía impiden hacer el trabajo de los agentes policiacos.
Ejemplos como la chelería ubicada en la calle Cerro del agua 247, o los antros ya instalados en la calle de Papalotl 26 y 28 que por más quejas ciudadanas instauradas ante la dirección jurídica, solo cierran momentáneamente para abrirlas de nuevo, en otros casos ni eso, violando los usos del suelo, las normas volumétricas permitidas, el horario, las quejas vecinales, así como poner en riesgo a cualquier transeúnte por la presencia de exceso de autos, además, de personas en estado de ebriedad o drogadas, sin importar si son menores de edad o no, sin mencionar la apertura de dichos establecimientos en domingo o entre semana generando sus respectivos escándalos y cínicamente adueñándose de las banquetas con sus mesas y sillas sin importarles si muchos de los habitantes trabajan o necesitan descansar, deban levantarse temprano o tengan niños pequeños. Todo con tal de obtener ganancias, eso deja claro, la omisión de las autoridades permisivas, así como su complicidad.
La ley de Cultura Cívica, establece el derecho de vivir en tranquilidad, sin embargo, Obdulio Ávila Mayo, director Jurídico de la demarcación y sus subordinados, se hacen de la vista gorda ante quejas vecinales, ¿cuál es el propósito de hacer esto?, solo deducimos, mientras los vecinos sufren cada noche por los escándalos generados por las tabernas quienes actúan en complicidad con los funcionarios públicos de la demarcación Coyoacán.
Antes se acusaba a las administraciones anteriores porque eran de izquierda, pero ahora, panistas y priistas son cortados con las mismas tijeras, Obdulio Ávila, fue diputado local y contendiente como alcalde en varias ocasiones por Acción Nacional, ahora demuestra ser igual a los demás como malos funcionarios, destacando con ello la hipocresía, sin resolver y permitiendo la proliferación de estos tipos de establecimientos.
Por otro lado, se tiene también la queja de algunos vecinos por la violación de sus derechos porque quienes se atreven a presentar una reclamación por escrito ante el órgano encargado para investigar y castigar a los dueños de dichos antros o bares así como chelerías con supuestos permisos o clandestinos, estos funcionarios entre ellos los dependientes de Obdulio Ávila, filtran los datos personales de los ciudadanos inconformes, corriendo el riesgo de represarías por los dueños de los establecimientos reportados, cometiendo el delito por transmisión de datos personales establecido en el artículo 68 de la norma respectiva.