Miles de personas se reunieron en el Zócalo Capitalino para festejar el inicio de la administración de López Obrador, lugar en donde fue evidente la gran cercanía de la nueva administración y los Pueblos Originarios.
El primero de diciembre de 2018, Andrés Manuel López Obrador se convirtió en el presidente número 65 de la historia de México y, en el primero en recibir el Bastón de Mando de los Pueblos Indígenas, el cual le fue entregado en una tradicional ceremonia con rituales mayas; ceremonia durante la cual el Presidente de México se arrodilló, ofreciendo al mundo entero una imagen inusual de un mandatario.
Mientras López Obredor rendía protesta como Presidente de México en el Congreso de la Unión; sacerdotisas, chamanes y curanderos se dieron cita en la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México, en dónde realizaron diversos rituales para renovar la carga energética de este lugar que fue el centro político y religioso del México-Tenochtitlán y en donde los conquistadores españoles decidieron establecer el Zócalo.
La sacerdotisa Carmen Santiago Alonso desde el templete y a través de un micrófono, explicaba a los espectadores de la importancia de que el Presidente de México se reuniera en esta "Gran Plaza Sagrada" con representantes de 68 originarios y afromexicanos, al tiempo que anunciaba el arribo de López Obrador, quien subió al escenario acompañado de su esposa, la escritora e investigadora Beatriz Gutiérrez Müller.
Pidiendo silencio a los más de 100 mil asistentes reunidos en la explanada, el ritual comienza pidiendo autorización al Presidente de México para hacerle una purificación en la que se utilizarón ramas de plantas arómaticas y copal.
Existe evidencia de que los mexicas, en este lugar, empleaban copal en sus rituales para transmutar las energías, ahuyentando las malas para dar paso a las buenas y fortalecer los lazos que les permitían la unión entre lo divino y lo terrenal.
Durante el ritual, un médico indígena se hinca para ofrendarle un crucifijo al Presidente de México, en ese momento la emoción rompe en llanto y Andrés Manuel se arrodilla para tomar la cruz, ofreciendo al mundo una imagen inusual de un mandatario tras asumir el poder.
El asombro dio lugar a algunos comentarios de admiración a la humildad con la que López Obrador se arrodilló durante este ritual; mientras que otros lamentaban el hecho por las posibles criticas que se pudieran generar al inicio de su administración. Lo que sí es una realidad, es el importante lugar que las comunidades indígenas de México habrán de ocupar durante la administración de la Cuarta Tranformación.
El ritual continúo con la participación de miles de personas que se dieron cita en lo que la misma ciudadanía llamó el #AMLOFest. Con el sonito de un caracol se pedía que se levantarán las manos viendo al poniente y saludar al viento para que llevara el mensaje de los mexicanos a nuestros ancestros. Así se hizo en cada uno de los puntos cardinales, con el sonido del caracol, las manos en alto y mediante plegarias, se pidió armonía durante esta administración.
Inmediatamente se le entregó el Bastón de Mando, un báculo que representa la voluntad de más de 10 millones de personas de diferentes estados y etnias, quienes han puesto en manos de López Obrador la responsabilidad de ser su gobernante, convirtiéndolo en el único Presidente de México en recibir esta insignia por usos y costumbres de los pueblos originarios.
El Bastón de Mando de la Gubernatura Nacional Indígena fue hecho de madera de cedro por artesanos de Tlaxcala. Tiene grabado el nombre de Andrés Manuel López Obrador y elementos distintivos de cada una de las 68 lenguas maternas del país y, en la parte superior luce una colorida águila nacional indígena.
Al termino del ritual, el tabasqueño ofreció otro largo discurso.