“Creo que el Presidente tuvo problemas para
distinguir entre una buena relación con el Sr. X y la
verdad sobre las relaciones bilaterales entre los dos países.”
John Bolton1
Era el mes de agosto de 2016 en plena efervescencia electoral en Estados Unidos. Cuando pronósticos y encuestas apostaban por el triunfo de la candidata demócrata Hillary Clinton, el gobierno de México decidió invitar oficialmente a los dos contendientes presidenciales. Donald Trump se adelantó y la visita se formalizó casi de inmediato2.
Durante los meses previos de ese año, Trump venía de una larga historia de críticas, amenazas y todo tipo de descalificaciones hacia México y los migrantes indocumentados. Anunciaba que el TLCAN había sido el peor arreglo internacional suscrito por los Estados Unidos y en su misión político-económica contra China, y sus arrebatos mercantilistas, prometía reducir el déficit comercial con su segundo socio al sur de la frontera.
También con acompañamiento eufórico de sus seguidores en los mítines de campaña electoral y al son de “make Amerrica great again”, prometió la construcción del muro fronterizo y aseguraba que México pagaría su costo.
Las cosas no han cambiado mucho, pero el escenario es otro. Trump inició su campaña para la reelección (aunque de hecho nunca la ha detenido), en medio de la pandemia del COVID-19 que convirtió a Estados Unidos en el epicentro con casi 2.5 millones de contagios y 125 mil defunciones, más las que se acumulen esta semana con los alarmantes aumentos en Florida, Texas, Arizona y California.
En las elecciones intermedias de 2018 los demócratas ganaron la mayoría en la cámara de representantes y llevaron a Trump a juicio político (impeachment) que se envió al senado, donde fue exonerado luego de una cerrada pero criticada alianza de los republicanos con el ejecutivo en la Casa Blanca. Hoy todavía siguen los ecos de ese momento con la publicación-denuncia de quien fuera su asesor de seguridad nacional John Bolton, que refiere entre otra cosas las reprobables conductas en materia de política exterior del Presidente con Ucrania, China y Corea del Norte, por ejemplo.
El candidato demócrata John Biden se ha mantenido y sigue ampliando su ventaja en varias partes del país según las encuestas y frente a grupos importantes como las comunidades negra, latina y asiática por ejemplo, en especial luego de la criticada respuesta de república bananera, la represión contra las protestas en todo el país por la brutalidad policíaca en Minneapolis y la amenaza de utilizar al ejército para hacer cumplir “la ley y el orden”.
El último mitin en Tulsa Oklahoma, donde Trump esperaba contar con una asistencia masiva, acabó en un salón con grandes áreas vacías, lo cual es revelador de las insatisfacciones con sus políticas en materia de combate a la pandemia, las consecuencias de ello sobre la economía y la negativa respuesta al amplio y ahora, más activo, movimiento “Black Lives Matter”. El discurso de Trump sobre los éxitos económicos en materia de ocupación, crecimiento y política internacional ya no se sostienen con lo que sucede en la realidad.
Lo que sí subsistió y permanece en la retórica presidencial, fueron los éxitos en materia migratoria gracias a la contención que ha instrumentado México con el despliegue de miles de efectivos de la guardia nacional en la frontera con Guatemala y el lucimiento de Trump sobre la construcción de otro tramo de muro fronterizo con México, donde días antes en Arizona fue a estampar su nombre en la construcción, para marcar su territorio. El titular de The Guardian del día 24 de junio describía esa realidad: “México ´se ha convertido en el muro de Trump”3
El tema comercial tiene una nueva cara, pues ya se firmó y ratificó el T-MEC o USMCA según Trump, el cual entrará en vigor el primero de julio próximo. Ya no es el peor tratado que haya firmado Estados Unidos, sino un gran triunfo del comercio administrado que busca ese país, y en parte Canadá, durante su operación. Se supervisará el cumplimiento que México lleve a cabo de las nuevas reglas laborales, ambientales, farmacéuticas, de normalización y de solución de controversias, entre otras, que quedaron plasmadas en los protocolos adicionales que México aceptó al término de las negociaciones.
Es claro que la interdependencia entre las economías de Norte América ofrece oportunidades para las empresas establecidas en México y por ello es urgente para la actual administración acabar con el confinamiento y decretar el regreso a las actividades productivas como está sucediendo en Estados Unidos. La sociedad y la economía mexicanas están atrapadas en ese laberinto donde el costo en vidas humanas tal vez podría ser demasiado alto, en esta la llamada oficialmente “nueva normalidad”.
El presidente Peña y el entonces Secretario de Hacienda con vínculos personales con Jared Kushner, experimentaron una andanada de severas críticas por la invitación a Donald Trump en 2016, considerada por muchos como un gran error de política exterior, del que la propia secretaria de relaciones exteriores de entonces no fue informada. Finalmente Videgaray perdió el cargo pero fue nombrado canciller. El eje de las críticas se centró en ese entonces en la utilidad que tuvo para Donald Trump la visita a México, pues al darle un trato de jefe de estado, benefició su posición hacia la elección.
El entonces candidato López Obrador fue particularmente crítico de esa visita pues aseguraba que él no hubiese invitado al candidato republicano Donald Trump ni a la demócrata Hillary Clinton para no involucrar a los mexicanos en el proceso electoral de Estado Unidos, "Porque no queremos que ellos el día de mañana se involucren en un proceso electoral que solo va a corresponder a los mexicanos; además, es mejor actuar de manera precavida”.4
Y al preguntársele si fue un error de Peña Nieto invitar a Trump, contestó que Peña Nieto “se ha convertido en el payaso de las cachetadas; lo ningunean hasta los que lo impulsaron.”5 Ahora la visita de López Obrador que es el primera viaje oficial desde que tomó posesión del cargo en 2018, se presenta como una oportunidad para expresar el agradecimiento de México al presidente de Estados Unidos.
Además, involuntariamente, todo este encuentro será un factor de apoyo, no se sabe si positivo o negativo para Donald Trump en el proceso electoral, con una sociedad americana profundamente dividida, donde los temas de campaña vuelven a ser la inmigración, el “orgullo” por la promesa de campaña cumplida: la construcción de otro tramo del muro fronterizo. Por otro lado la suprema corte de justicia rechazó la orden ejecutiva del Presidente cancelando el programa DACA, a lo que se agrega una frontera del norte de México con una crisis humanitaria y sanitaria por los refugiados de Centroamérica y otras regiones del mundo.
Del lado demócrata, el exvicepresidente Biden ha recibido los apoyos de Bernard Sanders, Elizabeth Warren y Barack Obama y parece perfilarse como el ganador de las elecciones en Estados Unidos en noviembre próximo.
Como es conocido, la visita bilateral la viene calentando el presidente López Obrador, al menos desde marzo pasado, durante el encuentro con Jared Kushner en México al inicio de la epidemia del virus corona. Hace uno cuantos días, Trump lo elogiaba cuando aseguró "Quiero agradecer al presidente de México, es un buen tipo. Creo que va a venir a Washington muy pronto a la Casa Blanca”, en una muestra de aparente cercanía personal.
Tal vez por eso el Canciller Ebrard, luego de aclarar que la visita aún no estaba confirmada, finalmente declaró la mañana del 24 de junio que “México busca un encuentro entre el presidente Andrés Manuel López Obrador, su homólogo estadounidense Donald Trump, y el primer ministro de Canadá Justin Trudeau”.6 Pero los planes cambiaron pues la contraparte canadiense no acudirá a la cita.
Es obvio que los planes de la Casa Blanca en este momento son los de aprovechar cualquier resquicio para apoyar la muy complicada campaña de Donald Trump. El T-MEC en última instancia ha satisfecho los intereses de varios sectores de Estados Unidos incluyendo los sindicatos afiliados a la AFL-CIO, las empresas automotrices y aeroespaciales, las farmacéuticas y otros sectores interesados con fuertes lazos de integración con los negocios mexicanos en su operación de numerosas cadenas de valor de bienes y servicios.
Se desconoce la agenda del encuentro y los temas que ocuparán las conversaciones, pero se pueden adelantar algunos de los asuntos muy complejos que están en la relación bilateral, aparte de testimoniar el inicio de operaciones del TMEC que bien podría haberse hecho digitalmente guardando la debida distancia.
Pero si se trata de una visita de Estado, una cuestión central, como lo anticipó el embajador estadounidense en México, es el estado en que se encuentra el tema de las inversiones extranjeras, sobre el cual pende la espada de Damocles derivada de varias de las políticas del Estado mexicano que las ha frenado y ha cambiado las condiciones de los contratos, creando así incertidumbre en este sector, cuando el país está ávido de un impulso en el futuro pos-pandemia. Christopher Landau dijo en una entrevista que “en varios sectores hemos visto cosas preocupantes”7 debido a que el gobierno de México ha generado incertidumbre sobre las reglas del juego en algunos sectores económicos, arriesga la llegada de inversión extranjera.
Otra área que no podría estar ausente en las conversaciones sería toda la cuestión energética con la imposibilidad de Pemex de aumentar su producción, la caída en la calificación crediticia de la paraestatal y las presiones por el salvamento financiero que se ve cada vez más lejano. Y en el ámbito internacional, la deuda que se tiene por la cobertura que hiciera Estados Unidos cuando México se rehusó a contraer sus exportaciones en cien mil barriles. Y de los proyectos para energías limpias tal vez haya coincidencia de continuar con el uso de combustibles fósiles.
Otro tema que no podría estar ausente es sin lugar a duda es la cuestión migratoria, que no sólo es una cuestión bilateral, sino que involucra a países centroamericanos y de otros continentes. El presidente López Obrador ha mencionado desde su campaña que buscaría convencer a Estados Unidos para la creación de un programa para apoyar el desarrollo de América Central incluyendo al sureste mexicano en lo que alguna vez llamó inexplicablemente por cierto, “nueva alianza para el progreso”. La corriente de migrantes centroamericanos ya no son un problema para Estados Unidos, pues según el presidente Trump se han reducido en 95%, gracias al control militar de México sobre su frontera sur.
Se desconoce también si entre las actividades del presidente López Obrador se entrevistaría con el candidato demócrata John Biden para equilibrar la posición mexicana de no intervenir en las elecciones próximas, o con la presidenta de la cámara de representantes la demócrata Nancy Pelosi quien fue un factor decisivo en la aprobación del T-MEC en el congreso, donde se redactaron prácticamente todos los protocolos adicionales de ese acuerdo.
Igualmente, parecería muy conveniente una serie de reuniones con los grupos de inversionistas para explorar las perspectivas de impulsar nuevos proyectos que beneficien a la planta productiva nacional.
Otra actividad importante podrían ser encuentros con la comunidad mexicana como parte de la nueva situación en que los ha colocado la suprema corte de justicia al bloquear el intento de Trump de acabar con el programa DACA que es una gran victoria para los famosos indocumentados “dreamers”, la mayoría de ellos mexicanos.
Quedan muchos otros asuntos muy importantes en la relación como la lucha contra el crimen organizado, la inseguridad, el tráfico ilegal de armas, el turismo, la seguridad de internet, entre otros.
Pero, como dijo Napoleón Bonaparte, “aquel que no conoce su historia, está condenado a repetirla”.
1. The Late Show with Stephen Colbert. Entrevista a John Bolton. 24 de junio de 2020. https://mail.google.com/mail/u/0/#inbox/KtbxLvgstSrXDJHWxLqNdqXBMbVbJxgLLq?projector=1
2. Ver La diplomacia de pie de página. Tiempo de Cambio. Kindle Edition. Loc. 1076-1102
3. The Guardian. Junio 26 de 2020. https://www.theguardian.com/world/2020/jan/26/mexico-immigration-amlo-enforcement-trump
4. Llueven críticas de figuras políticas a Peña Nieto por recibir a Donald Trump. EFE México 31 ago. 2016. https://www.efe.com/efe/america/mexico/llueven-criticas-de-figuras-politicas-a-pena-nieto-por-recibir-donald-trump/50000545-3028002
5. Ibidem
6. La Política Online. Trump envía guiño a AMLO. https://www.lapoliticaonline.com.mx/nota/130797-trump-envia-guino-a-amlo-es-un-buen-tipo-vendra-a-visitarme-pronto-a-la-casa-blanca/
7. Forbes México. En varios sectores hemos visto cosas preocupantes’, afirma Landau sobre invertir en México. https://www.forbes.com.mx/economia-no-puedo-decir-momento-oportuno-invertir-mexico-embajador-eu-landau/