Han trascurrido ya 47 años desde que en Estocolmo en la famosa Cumbre sobre la Tierra1, se atrajo la atención mundial sobre los daños que se venían provocando a la atmósfera, a la tierra, al agua y en general al medio ambiente de nuestro único planeta.
Las naciones lograron negociar y poner en práctica algunos importantísimos convenios internacionales para hacer frente a esos temas ambientales que no se confinan a la cuestión “ecológica” o a los estereotipos de apagar la luz o separar la basura solamente. Sólo señalo uno de ellos el relativo al agotamiento de la capa de ozono1, provocado por la emisión de entre otras substancias, de los Hexa Clorofluorocarbonos que se venían utilizando principalmente la industria de la refrigeración, incluyendo vehículos, refrigeradores e inclusive para los perfumes. Es decir por el hombre. Ya no se utiliza esa substancia en ninguna de esas aplicaciones que dañan la capa de ozono que se está recuperando.
Posteriormente, se fueron haciendo llamados a la sociedad sobre esos daños cada vez más profundos en las otras convenciones globales en Nairobi, Rio de Janeiro y Sudáfrica, advirtiendo de los peligros para la humanidad de mantener un desarrollo económico y social sin tener en cuenta la disponibilidad de esos recursos. Esta contradicción, se comenzó a llamar desde Estocolmo el desarrollo sustentable, es decir la aspiración natural del ser humano por su bienestar, pero no siempre cuidando los recursos finitos de este planeta, sino abusando de su explotación y sin medir las consecuencias de una cada vez más clara tendencia a su agotamiento.
A casi cincuenta años de haberse iniciado ese llamado, ahora también en Suecia, una joven de quince años, Greta Thunberg ha atraído la atención mundial con el llamado que inició el pasado mes de marzo de 2018 para evitar el deterioro de nuestra única casa, el planeta tierra.
Ahora, ya es un movimiento mundial, tiene nombre y se llama Los viernes por el futuro (Fridays for Future).
El domingo 26 de mayo fue la segunda marcha organizada por los jóvenes mexicanos, quienes convocaron a toda la sociedad a adherirse a este movimiento mundial. No sólo se realizó en la Ciudad de México, sino que también desfilaron jóvenes en muchos estados del país, con lo que expresaron su solidaridad a viejas demandas para la protección del planeta, pues han estudiado y saben que los daños ambientales acumulados ponen en peligro a la especia humana misma. No es exageración y la comunidad científica lo ha confirmado siempre.
Pero se trata de una cuestión compleja que toca fibras políticas, económicas, sociales, para las que se requieren acciones también complejas, no paliativos, sino inclusive cambios sistémicos de producción, distribución y consumo.
Esa juventud que desfiló ayer por las calles de la ciudad de México, y la sociedad que la apoya deben ser escuchadas por las más altas autoridades de México, ya que no se trata de un tema que afecte a una minoría, pues la contaminación no tiene fronteras, ni políticas ni sociales.
Greta Thunberg será escuchada por el Parlamento Europeo.
Invito desde esta tribuna a todos a sumarse a esta gran iniciativa de los jóvenes del mundo que desean un mejor futuro.
Recordemos que desde 1987, se aprobó en la Asamblea General de las Naciones Unidas la mejor caracterización del desarrollo sustentable como "un desarrollo que satisfaga las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades".
Enhorabuena al poderoso llamado de los jóvenes mexicanos que se suma al de muchas otras naciones del mundo.
Claro que estamos con ustedes.
1. United Nations Conference on the Human Environment. https://sustainabledevelopment.un.org/milestones/humanenvironment
2. Ver la Convención de Viena sobre Protección a la Capa de Ozono de 1985. En https://treaties.un.org/pages/ViewDetails.aspx?src=TREATY&mtdsg_no=XXVII-2&chapter=27&clang=_en