No se puede vivir sin héroes,
santos ni mártires.
Ernesto Sabato
Por: Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Estimado lector, gracias. En estos casi dos años de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, nos ha enseñado claramente que su estrategia para gobernar consiste en dividir a los mexicanos entre sus afines y sus críticos. Para los segundos ha acuñado diversos calificativos y los ha puesto en la picota virtual de su conferencia matutina, ahí están los intelectuales, los periodistas y comunicadores, defensores de los derechos humanos y activistas, pero también quienes han salido de su gabinete. Para cerrar la pinza, como les gustaría tener el control de los medios de comunicación.
No hace muchos años el tabasqueño se decía víctima de un plan malvado creado por empresarios, medios y periodistas para impedir por todas las vías, su llegada a Palacio Nacional, Así lo vendió y se lo compró parte del pueblo, se martirizó una y otra vez, una historia que repitió desde el 2000 cuando ocupó el cargo de Jefe de Gobierno del Distrito Federal. Y claro que existió algo de eso, pero no como hoy lo presume, se siente prócer de la libertad de expresión que hoy pretende cuartar.
La semana pasada vimos un hecho inédito en la elección presidencial de los Estados Unidos, los medios de comunicación decidieron censurar al mismísimo presidente Donald Trump. El argumento fue que el mensaje emitido estaba plagado de mentiras, claro que fue así, pero ese argumento se desarticula porque Trump mintió desde que llegó a la Casa Blanca, en esencia fue un acto de censura, fue un pase de factura que les debía. Durante los cuatro años el republicano denostó, mintió, dividió, difundió mensajes de odio y estigmatizando a los medios de comunicación y estos al verlo débil y derrotado le dieron la puntilla reconociendo intrínsecamente la victoria de Joe Biden.
El escenario montado por López Obrador y su equipo de comunicación social, que encabeza Jesús Ramírez Cuevas, no dista mucho del implementado por la Casa Blanca. El tabasqueño, culpa al pasado y a los medios, con eso desvía la atención de sus responsabilidades del presente, como si no entendiera que él encabeza al Ejecutivo y no a un grupo que se confronta cotidiana y directamente con El Universal o El Reforma, además de una larga lista de periodistas.
Por eso es importante replantear su estrategia, de no lograr el objetivo en la elección del año que viene, es decir conservar un número similar al que tiene en la Cámara de Diputados, ganar algunas gubernaturas y municipios, se convertirá en un presidente cada vez más débil, situación que es natural en nuestro sistema político y se acentúa conforme se acerca la sucesión presidencial, el escenario perfecto para que los medios de comunicación se la cobren al tabasqueño.
La experiencia de su amigote Donald Trump, por lo menos su equipo de comunicación tendría que estar evaluando la posibilidad de que les pase algo similar. Este es el momento para fumar la pipa de la paz sobre todo por el momento crítico que estamos viviendo, la pandemia, la crisis económica y la inseguridad. Pero conocemos a López, sabemos que el camino que tomará será el de recrudecer los ataques, seguir peleando con sombras y aunque gane la partida, aunque logre controlar a los medios, utilice la censura, eso no convertirá de facto, ni a la 4T, ni a su gobierno en exitoso.
Debería reflejarse en el espejo de EU, quizás no le guste lo que ve.
Entre Palabras
¿Los superiores morales utilizando empresas “fantasma”? ¿No robar, no mentir, no traicionar?
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Hasta la próxima.