Cuando la confesión no es espontánea ni impuesta
por algún imperativo interior, se la arranca;
se la descubre en el alma o se la arranca al cuerpo.
Michel Foucault
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Estimado lector, gracias. Cuando en otros países están pensando como reactivar de manera seria, eficiente y contundentemente la economía, recuperar los empleos perdidos, buscar las estrategias para crecer o desactivar la segunda vuelta de los rebrotes del SARS-CoV2, en nuestro México lindo y querido, el flamante presidente y su audaz subsecretario de Salud, siguen entrampados en demostrar que el cubrebocas no es eficiente en la lucha contra la pandemia.
Según la narrativa oficial, la pandemia se domó en abril, se aplanó la curva en varias ocasiones, en los hospitales no había ninguna carencia y las que pudiera haber correspondía a errores del pasado, los trabajadores contaban con los insumos necesarios, nadie se quedaría sin atención médica, así una lista larga, muy larga, que se fue desmintiendo cada uno de los puntos dichos por los López.
Siempre llegamos tarde, cuando en el mundo se aplicaban pruebas y más pruebas para detener los contagios porque así lo recomendaba la OMS, en marzo, solo existían 30 pruebas en todo el territorio nacional. A eso hay que sumarle el “austericidio” de López Obrador y la necedad de no querer gastar, por ello se instaló el sistema centinela para vigilar los contagios, al paso del tiempo López Gatell dijo en conferencia de prensa “ya olvídense del Centinela”.
A estas alturas de la pandemia y con la dignidad hecha trizas, sin credibilidad, López-Gatell sigue enredado todas las noches en hacer que las cifras cuadren, en cuidar la imagen de su patrón a toda costa, en desmentir las investigaciones periodísticas y cuestionamientos de medios internacionales, en pelearse con el premio Novel, Mario Molina.
Pero los resultados no mienten, no engañan y rompen los discursos optimistas de los perdonavidas de la 4T, dislocan la realidad de todos los mexicanos divididos desde Palacio Nacional. Son casi 45 mil defunciones que se pueden multiplicar por tres o cuatro, el número de contagios en crecimiento, en unos días seremos el tercer lugar de muertes a nivel mundial y estos están más preocupados por el 2021 y la elección.
A más de 150 días de emergencia sanitaria, de nueva cuenta los López, mandan mensajes confusos a la ciudadanía sobre el uso del cubrebocas, la realidad es que estamos abandonados ante la indiferencia de la 4T, pero López Obrador ya decidió, va por lo político que, por la salud de los mexicanos, una determinación con resultados criminales.
Los mandatarios más polémicos han reculado en el uso del cubrebocas, Boris Johnson, Jair Bolsonaro, Donald Trump, quienes ya usan la mascarilla. O López Obrador tiene información que no tienen otras naciones, o… es soberbio e indiferente, o… como le dicen en mi pueblo, es…
Entre Palabras
¿Y la visita o el mensaje para los ciudadanos afectados por Hanna en el norte del país señor presidente?
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Hasta la próxima.