En materia de riqueza,
ya no se trata de ostentar sino de confirmar.
Carlos Monsiváis
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Estimado lector, gracias. Que responsable nos salió López Obrador, luego de más de tres meses de pandemia por el COVID-19 por fin se realizó la prueba y dio negativo. Claro ya había estado cerca de algunos miembros de su gabinete que dieron positivo, viajó en gira de trabajo y cuando se le cuestionaba, fiel a su estilo burlón, decía que no presentaba ningún síntoma. Eso sí, por mandato del protocolo para visitar a su gran amigo Trump en la Casa Blanca, de inmediato y sin chistar corrió para analizarse. Una muestra del desdén con el que se maneja el tabasqueño en el país y lo servil que puede llegar a ser.
La cosa no pinta nada bien en el tema de la pandemia, los contagios no bajan en todo el país, por el contrario, todos los días se incrementan en medio de una apertura forzada para intentar reactivar la economía. El tema de los fallecidos, la 4T y el presidente se encuentran sentados sobre una inmensa pila de muertos, mientras López Gatell hace malabares para acallar a los críticos neoliberales que cuestionan el quinto lugar a nivel mundial, el científico perdió la credibilidad y se convirtió en un politiquillo zalamero más, de esos que no le sirven a López.
Ahora de manera descarada y para que no les cuestionen los medios de comunicación sobre los muertos, han cambiado la supuesta estrategia para bajarle al amarillismo con el que se da la información, están más preocupados por ordenar la línea editorial de sus detractores que por solucionar eficientemente los problemas que ha generado el COVID-19, y así vamos con un gobierno que ha bajado los brazos, que ya no pudo controlar y que solamente se dedica a contar difuntos.
Los expertos les han advertido, tanto al presidente como a López Gatell, una y otra vez sobre las consecuencias de sus malas decisiones. Primero, en la aplicación de pruebas que han negado por no gastar. Segundo, han insistido en hacer llamados que le den certidumbre a la ciudadanía y el mal ejemplo que sale desde Palacio Nacional. Tercero, mientras que en el mundo usa el cubrebocas, Gatell se empeña en desacreditarlo.
Otra de esas voces autorizadas, aunque se les crispen los pelos a los morenos, es José Ángel Córdova Villalobos, quien jugó un papel preponderante en la pandemia de la H1N1 y fue secretario de Salud con Felipe Calderón, ahora les dijo que no hacer pruebas masivas, detectar los casos y cortar las cadenas es verdadero suicidio, pero claro las descalificaciones ya están en las redes sociales, no soportan que los expertos les adviertan.
Y para que les siga doliendo a López Obrador, que ya le dio carpetazo al COVID-19, Córdova Villalobos también pone en duda la cifra de contagios y de muertes reportadas, se están subestimando. Pero como son los tiempos de los superiores morales y de los soberbios, no lo van a reconocer y seguirán negando la realidad, todo sea por salvar lo que ya perdieron, la honorabilidad, porque han mentido y ese es un acto de corrupción.
Seguiremos insistiendo en el tema, porque la pandemia es una tragedia nacional y los responsables de tomar malas decisiones tienen nombre y apellido.
Entre Palabras
Mañana, gran festejo neoliberal, el anfitrión Donald Trump, el invitado de honor López Obrador y su comitiva de empresarios. ¡Muera el neoliberalismo!
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Hasta la próxima.